Frédéric Pajak y Lea Lund llevan casados más de veinte años. Dibujantes ambos, en este libro — donde él escribe y ella dibuja — nos cuentan la historia de su pareja, su complicidad, su felicidad, sus conflictos, sus fracasos, sus viajes. Como en un juego de espejos, al hilo del relato van apareciendo diversos personajes, conocidos o desconocidos, figuras insólitas del amor — o de la muerte. Por ejemplo Karl Marx, su segunda hija Laura y su yerno Paul Lafargue —autor del famoso Derecho a la pereza —, que se suicidaron antes de entrar en la vejez ; la extraña Maria de Naglowska, su apología del divorcio y su gusto por la estrangulación; Stendhal y su desmedido amor por su madre fallecida, su desengaño con Victorine Mounier, y después con su prima la condesa Daru, su obcecación por Angela Pietragrua, su aversión por París y el espíritu francés. Descripción del amor cortés, del nacimiento de una hija; descripción de la terrible agonía de una madre. Visiones oscuras o deslumbrantes de París, Cuba, Sifnos — en el mar Egeo —, de Lausana, de la Alta Engadina,  de la Italia tristemente modernizada de hoy. Y bruscamente nos marchamos a Sudáfrica, con su violencia permanente, sus odios y sus aflicciones, la belleza inaudita del cabo de Buena Esperanza : placer, horror y paranoia se entremezclan para culminar en el apoteosis de un concierto de piano solo del jazzman Abdullah Ibrahim — ex Dollar Brand — en una sala perdida de Capetown, un domingo por la noche desierto y ventoso.