Todos conocemos la hospitalidad y la generosidad del pueblo polaco. En Polonia, siempre se invita a los amigos en casa ofreciéndoles generosamente todo lo que se tiene. Incluso de improviso, los amigos son bienvenidos.
A lo largo de los siglos, Polonia conoció muchos reveses de fortuna, momentos trágicos, guerra y también períodos de felicidad y de optimismo. Aunque emigrante y viajador, el Polaco regresaba al país de sus antepasados. Lo cual explica su cocina enriquecida con sabores y olores diferentes de la cocina de otros países eslavos de Europa central.
Durante sus frecuentes estancias en el país, Viviane Bourdon entiende que la legendaria hospitalidad polaca hunde sus raíces en un pasado milenario. Explora entonces los tesoros culinarios de la Biblioteca nacional de Varsovia y concibe una obra que toma en consideración el componente histórico y cultural de la gastronomía.
Sin olvidar el aspecto práctico, la autora nos entrega con humor ciento sesenta recetas que le gustan, llenas de anécdotas y de detalles históricos, recetas probadas y apreciadas por sus amigos. También sabe proponer proporciones más sabias y adaptadas a nuestros apetitos de hoy que las comidas polacas « pantagruélicas ».
Costumbres culinarias que sorprenden.