Y aquí estoy yo, en medio de todo esto. Una campesinita china de diecisiete años que se tuvo que ir a trabajar a la fábrica porque su hermano mayor ingresaba en la universidad. Ser insignificante, abejita laboriosa atrapada en su colmena. Encerrada ahí de por vida.

Mei, joven obrera de diecisiete años, vive, duerme y trabaja en una fábrica de confección en China. Mei viene del campo, de una familia campesina que ha enviado a su hijo a la universidad. Comparte su extenuante vida cotidiana y el dormitorio con otras once jóvenes obreras del taller, sometidas al mismo ritmo de trabajo, y con el mismo negro porvenir. Por la noche, les lee a sus compañeras de habitación el único libro que posee, regalo de su abuela.
Pero de noche, sobre todo, Mei sueña…
Un día, el capataz de la fábrica es sustituido por un «nuevo tirano». Castigada sin fiestas de Navidad por insumisión, Mei podrá, durante unos días, disfrutar de la libertad al quedarse sola en la fábrica desierta.
La Fábrica del mundo nos sumerge en la intimidad de un ser que descubre el amor, la vida, y que se empeña en vivir según sus ideales pese a las consecuencias.

Mei, joven china de 17 años, obrera, explotada, rebelde, descubre la vida e intenta fabricarse su mundo.