El Cour-Mareuil pertenece a la familia Chevrier desde mediados del siglo XIX. Es una grande y bella granja aislada, situada en medio del campo. Dos torres enmarcan la casa principal como comillas, por eso la gente la llaman el castel. Cuando empieza la historia, allí viven, aislados del mundo, Hubert Chevrier (el heredero), Bernadette (su esposa neurasténica), y sus cuatro hijas (que tienen la culpa de no ser varones). La imponente morada familiar es un viejo teatro que abriga, desde hace tres generaciones, magníficas mentiras. Al llegar al Cour-Mareuil, una mañana de septiembre, Magdeleine Glorieux, la tía que viene de otra parte, no se imagina que necesitará treinta años para descubrirlos uno por uno…

Una novela sorprendente sobre los secretos familiares cuya atmósfera venenosa recuerda la de las mejores películas de Claude Chabrol.