Trabajo de noche como corrector de prensa en un gran periódico regional, escribe Victor. Tímido, apasionado por su profesión, a menos de cinco años de la jubilación, sigue viviendo con su anciana madre. De hecho, cuando era niño, quería ser conductor de locomotora, confiesa. Pensándolo bien, había decidido ser jefe de estación. Al final se convierte en tipógrafo, una profesión menos peligrosa… ¡Al menos, eso cree! Porque, a fuerza de colocar letritas, ¿no se le podrían cruzar a Victor los cables? Plomo en el cajetín muestra la vida de los obreros del Libro en el seno de un periódico. El autor consigue expresar y comunicar el amor por su profesión; de hecho, un auténtico sacerdocio. También es la historia de la muerte anunciada de la imprenta. Los obreros del Libro desaparecen uno tras otro, es como el último soldado de la Primera Guerra Mundial, dentro de poco ya no quedará ninguno

Plomo en el cajetín es una primera novela singular y emocionante. Jean Bernard-Maugiron se mete con talento en la piel de Victor, corrector concienzudo, hombre un poco simplón, solitario y anticuado, cuya vida va a dar un vuelco a solo unos meses de la jubilación. El relato asegura grandes carcajadas, entremezcla lo trágico y lo cómico, mientras se va impregnando de una sorda inquietud.