Max Corneloup, autor de folletines, acaba de instalarse en el número 5 de la calle de la Doulce Belette. Justo en frente de su casa, Eugène Fluche, pintor de cuadros pegado a la ventana, lo observa a lo largo del día. Exasperado, Max se pone a espiar los menores movimientos de Eugène y lo apunta todo en su diario íntimo. La desconfianza reina. Para mantenerla, están la portera, Madame Brichon, un cineasta loco, Monsieur Zamora, un autor de novelas eróticas, Lazare Montagnac, un perro, Hector, y otros personajes pintorescos …
La inquietud se extiende. Con el primer cadáver sospechoso, se envía allí al comisario Taneuse, un tipo raro. ¿Quién se esconde detrás de este asunto? ¿Quién saca provecho del crimen?
¡Cuide al perro es una verdadera película! La idea del autor : instaurar una estructura fragmentaria que permite una sucesión de secuencias breves ; privilegiar un relato con lances ; trabajar una escritura « visual » en la evocación de los decorados, la caracterización de los personajes, la vivacidad de los diálogos. Resultado : la dimensión lúdica está omnipresente. J. M. Erre no nos deja ni respirar. Como en un juego de pistas o un laberinto, cada uno buscará las respuestas, vacilará, buscará a tientas. Entre risa y derisión, hasta el epílogo.

Un vecino espía a un vecino que lo espía hasta que cierto día uno y otro entienden que eran espiados… La acción pasa en la calle de la Doulce Belette en París. El humor está omnipresente y el suspenso garantizado hasta la última página.