En la amistad como en el amor, el efecto persiste cuando el objeto desaparece. Tras haberse marchado de Suiza, la vida de Sébastien sigue estando influenciada por Clara. No logró conquistar su corazón. Ahora que estudia Derecho en la Sorbonne, le dedica su conquista de París.

Un cuarto de siglo más tarde, la pluma de Hermann rendirá homenaje al incomparable, al magnífico Sébastien. Porque mientras el recuerdo de su amigo brille en su galaxia íntima, el narrador de esta novela se sentirá vivo.

A una hora apenas del Tribunal internacional de La Haya, se sumerge en las cartas y los diarios íntimos que le quedan de su compañero para intentar reconstruir una juventud paroxística, cuando alternaban las noches de copas y la fraternidad que nació de la música con preocupaciones más sombrías. En los años 1990, la guerra de los Balcanes ocupaba todos los titulares de la prensa; el huérfano Sébastien conoció por primera vez su tío que le entregó, de parte de su padre, un peligroso objeto.

Solo hay un tema en estas páginas: la desaparición de Sébastien.

David Boratav cuenta la crónica de una desaparición. Con una prosa sencilla y luminosa, nos dibuja el retrato de una juventud en busca de sentido y de aventuras.