Nacida en Buenos Aires en 1941, Martha Argerich empezó a tocar el piano en Argentina con tres años antes de estudiar con Vincenzo Scaramuzza. A los siete años, interpretó en un escenario dos conciertos de Mozart y Beethoven. En 1955, se marchó a Europa donde estudió con Friedrich Gulda en Viena. A los dieciséis, Martha Argerich ganó dos premios seguidos: el del concurso de Bolzano y el del concurso de Ginebra. En 1965, su victoria en el concurso Chopin de Varsovia la convirtió definitivamente en leyenda. Desde entonces, su carrera no ha sido sino una sucesión de triunfos, interrumpida por periodos de duda y de cuestionamiento. Invitada permanente en las más grandes orquestas, fue multiplicando conciertos y grabaciones discográficas. A principios de los años 80, la necesidad de ser más querida que admirada, la llevó a dejar de tocar en solitario para dedicarse cada vez más a la música de cámara junto a algunos amigos y jóvenes músicos a los que ampara.